Fracturas infectadas

¿Infección después de haber sufrido una fractura?

Una fractura es la pérdida de la continuidad del tejido óseo que es ocasionada por algún traumatismo de alta o baja energía. Después de sufrir una fractura, en algunos casos, esta puede infectarse, prolongando su tratamiento y tiempo de recuperación. Cabe destacar que la mayor parte de las fracturas no suelen infectarse.

Introducción

Las fracturas pueden ser de diversos tipos: El hueso puede romperse en 2 partes (fractura simple) o en numerosos fragmentos (fractura conminuta). Los fragmentos de hueso pueden permanecer alineados o no desplazados o pueden estar fuera de su lugar (fractura desplazada).

Una fractura puede romper la piel y quedar expuesta al exterior (fractura abierta o expuesta) o puede acontecer sin romper la piel adyacente (fractura cerrada).

Causas

Las causas más frecuentes de infecciones posteriores a una fractura son:

  • Fracturas expuestas. Las infecciones posteriores a fracturas ocurren comúnmente cuando las bacterias que se encuentran a nuestro alrededor penetran en nuestro organismo durante algún evento traumático. Esto ocurre en las fracturas expuestas, donde la piel se rompe, permitiendo el contacto del hueso y tejidos blandos con el medio externo. Por esta razón, las fracturas expuestas se consideran una urgencia en traumatología.
  • Cirugía. Aunque es poco frecuente, las bacterias también pueden penetrar en nuestro organismo durante una cirugía, la cual puede tener como objetivo reparar una fractura. Durante una cirugía, el riesgo de desarrollar una infección es menor del 1% en pacientes sanos. Se administran antibióticos profilácticos antes de la cirugía a todos los pacientes para ayudar a prevenir una posible infección.

Factores de riesgo

Cuanto mayor sea el daño a la piel, músculos, arterias y las venas circundantes al sitio de la fractura, mayor es el riesgo de infección.

Algunas enfermedades crónicas o hábitos nocivos alteran la función de su sistema inmunitario y pueden aumentar el riesgo de infección. Algunos ejemplos son:

  • Diabetes mellitus, en especial con mal apego a tratamiento
  • VIH sin tratamiento o con mal apego al mismo
  • Artritis Reumatoide, donde se utilizan medicamentos que alteran el sistema inmune como parte del tratamiento de la enfermedad
  • Tabaquismo
  • Uso de productos que contengan nicotina (parches, cigarros electrónicos)
  • Obesidad
  • Desnutrición
  • Mala higiene

Cuadro clínico

Los signos y síntomas más frecuentes de una infección después de una fractura son:

  • Fiebre y escalofríos
  • Dolor en la región infectada
  • Limitación del movimiento de la extremidad o articulación afectada
  • Incapacidad funcional

Estudios complementarios

  • Estudios de laboratorio. Algunas pruebas en la sangre pueden ayudar a identificar la bacteria causante de la infección. Las muestras de fluidos y / o tejidos del área infectada obtenidas por punción o durante la cirugía también son de utilidad para este fin.
  • Pruebas de imagen. Las radiografías, la resonancia magnética y el ultrasonido son de utilidad para valorar el hueso, articulaciones y tejidos blandos de la zona infectada, donde se puede ver la presencia de inflamación o líquido. Estos estudios también pueden ayudar a valorar la necesidad de una cirugía.

Tratamiento

El tratamiento de este tipo de infecciones consiste generalmente en lo siguiente:

  • Cirugía. Es necesaria de forma urgente en los casos de fractura expuesta. Se realiza un lavado de hueso y tejidos blandos para intentar limpiar los restos contaminados que pudieran producir una infección. La cirugía también puede ser necesaria para retirar tejido infectado y muerto una vez que la infección se ha establecido.
  • Antibióticos. Su ortopedista indicará la administración de antibióticos, que son la base del tratamiento de las infecciones. El antibiótico podría ser administrado inicialmente por vía intravenosa, optando después por la vía oral, en caso de que esto sea posible.

Debido a que, en algunos casos, la infección del hueso puede ser difícil de eliminar, usted podría requerir tratamiento antibiótico a largo plazo y múltiples cirugías.

En casos muy graves, su ortopedista podría considerar la amputación de la extremidad infectada para detener el progreso de la infección. Si esta infección no se controla, puede diseminarse por todo el organismo y producir shock séptico y la muerte.

Resultados

Cuando el tratamiento de la infección es exitoso, los pacientes suelen recuperarse sin problemas. Sin embargo, en algunos casos, este tipo de infecciones pueden requerir de múltiples cirugías y administración de antibióticos a largo plazo.

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