Fracturas radiocubitales diafisiarias en adultos (FRCD)

Consiste en la ruptura en la porción media (diáfisis) de ambos huesos del antebrazo debido a un golpe directo o caída sobre la extremidad afectada.

Anatomía

El antebrazo está conformado por dos huesos largos: el radio y el cubito.

Los huesos largos se dividen en:

  • Epífisis, que forman los extremos de los huesos largos. Comúnmente forman parte de las articulaciones.
  • Metáfisis, es la región de transición que se encuentra entre la epífisis y la diáfisis y es donde se encuentra el cartílago de crecimiento.
  • Diáfisis, es la parte central y alargada de los huesos largos.

Ambos huesos son responsables de la movilidad del codo y de la muñeca.

Descripción

Las FRCD consisten en la fractura de ambos huesos del antebrazo en la región de la diáfisis.

Los huesos del antebrazo pueden fracturarse de varias formas:

  • Fractura no desplazada: en este tipo de fractura los fragmentos óseos se encuentran en su sitio anatómico.
  • Fractura desplazada: en este tipo de fractura, los fragmentos óseos se desplazan y se mueven de su sitio anatómico, por lo que están desalineados.
  • Fractura transversal: en este tipo de fractura, el trazo de fractura forma una línea horizontal que es perpendicular al eje de la tibia
  • Fractura conminuta: Este tipo de fractura se produce cuando el hueso afectado se divide en más de 2 fragmentos, por lo que es muy inestable.
  • Fractura abierta: se produce cuando los fragmentos óseos rompen la piel y quedan expuestos al medio ambiente. Estas fracturas son una urgencia porque existe alto riesgo de infección.

Debido a que se requiere de una fuerza considerable para fracturar el radio o el cúbito en la zona de la diáfisis, es común que se fracturen ambos huesos. Cuando sólo se rompe un hueso en el antebrazo, suele ser el cúbito, comúnmente al recibir un golpe directo en la parte externa del antebrazo, por ejemplo, al levantar el antebrazo en defensa propia e intentar detener un golpe con un objeto.

Causas

Las causas más comunes de las FRCD son:

  • Golpe directo sobre el antebrazo
  • Caer con el antebrazo extendido
  • Accidentes automovilísticos
  • Accidentes de motocicletas

Cuadro clínico

Los sintomas más comunes de una FRCD son:

  • Dolor en la zona de la fractura
  • Deformidad del antebrazo
  • Incapacidad funcional
  • Lesiones en la piel, cuando la fractura es expuesta
  • Hinchazón y moretones
  • Adormecimiento de los dedos de la mano

Examen físico

Después de discutir sus antecedentes personales y preguntarle cómo sufrió la lesión, su ortopedista examinará su antebrazo, valorando la presencia de lesiones en la piel, integridad de sus nervios, movilidad de sus dedos, presencia de pulsos, presencia de dolor a la palpación y a la movilidad activa y pasiva de su antebrazo. Si existe una fractura, se podrá percibir una sensación de crepitación o tronido.

Estudios complementarios

  • Rayos X. Las radiografías muestran imágenes de estructuras densas como el hueso. Pueden mostrar si alguno de sus huesos está fracturado y ayudarán a clasificar la fractura y planear su tratamiento.

Tratamiento

La mayoría de los casos de FRCD en adultos requieren cirugía para asegurarse de que los huesos queden estables y alineados para una curación exitosa.

Tratamiento conservador

El tratamiento conservador podrá utilizarse cuando se rompe solo un hueso del antebrazo y este no está desplazado. En estos casos se puede indicar como tratamiento un guante de yeso o un aparato ortopédico.

Tratamiento quirúrgico

La cirugía es requerida cuando ambos huesos de su antebrazo están fracturados, o si su fractura es una fractura abierta.

Las opciones de tratamiento quirúrgico son:

  • Reducción abierta y fijación interna con placas y tornillos. Los fragmentos óseos son primero realineados (reducidos) en su posición normal, para después mantenerlos unidos con tornillos y placas.
  • Reducción abierta y fijación interna con clavo intramedular. Durante este procedimiento, una barra de metal se inserta en el centro del hueso, funcionado como férula y permitiendo la curación de la fractura.
  • Fijación externa. Consiste en la colocación de clavos en el hueso que atraviesan la piel y se unen a un marco estabilizador por fuera de la piel, que mantiene los huesos en una posición adecuada para que puedan sanar.

Fractura abierta. Debido al alto riesgo de infección, las fracturas abiertas se programan para cirugía urgente. Se les suele administrar antibióticos por vía intravenosa y pueden recibir una inyección de la vacuna contra el tétanos. Durante la cirugía, se realiza un lavado del hueso y tejidos blandos y se retira el tejido muerto, además de fijar la fractura mediante placas y tornillos en el mismo acto.

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