Las lesiones de menisco están entre las lesiones más frecuentes de la articulación de rodilla. Los meniscos son dos trozos de cartílago en forma de cuña que actúan como «amortiguadores» entre los huesos de la articulación de la rodilla.
Este tipo de lesión también es conocida como lesión de meniscos, meniscopatía, desgarro de meniscos, fractura de meniscos, ruptura/rotura de meniscos, dolor de meniscos.
Las lesiones agudas de meniscos ocurren a menudo durante la actividad deportiva. El traumatismo directo o la torsión de la rodilla a veces pueden provocar una lesión de menisco.
Las personas mayores son más propensas a tener desgarros degenerativos de menisco, donde el cartílago se debilita y se desgasta con el envejecimiento.
Si usted sufrió una lesión de meniscos es posible que sienta un «tronido» en la rodilla lesionada, además de dolor de rodilla.
Otros signos y síntomas frecuentes de la lesión de meniscos son:
El diagnostico de una lesión de meniscos se realiza mediante el examen físico por parte de un traumatólogo, que realizará diferentes maniobras diagnosticas en ambas rodillas para descartar otro tipo de lesiones.
Además, podrían indicarse estudios complementarios, como radiografías o una resonancia magnética, según lo considere necesario el médico especialista. La determinación de qué estudios complementarios son requeridos para su situación será realizada por el traumatólogo.
La elección de las diferentes opciones de tratamiento dependerá de su edad, nivel de actividad deportiva, del tipo de lesión que usted tenga, así como el tamaño y localización de esta. Su traumatólogo decidirá cuál es el mejor tratamiento para su caso.
En base a esto, podemos dividir el tratamiento de las lesiones de meniscos en dos grupos:
Cuando una lesión de menisco es pequeña y poco sintomática y se localiza en el tercio externo del menisco podría no requerir de reparación quirúrgica.
En caso de no requerirse una cirugía, el traumatólogo optará por aplicar el protocolo RICE para el tratamiento conservador de una lesión de meniscos.
El protocolo RICE es efectivo para la mayoría de las lesiones relacionadas con el deporte y consiste en lo siguiente:
Además, para ayudar a reducir el dolor y la inflamación en su rodilla, su traumatólogo podría recetarle antinflamatorios no esteroideos, como la aspirina y el ibuprofeno.
Una cirugía de rodilla podría ser necesaria en caso de que sus síntomas persistan a pesar del tratamiento conservador o cuando la lesión que usted presenta se localiza en los dos tercios internos del menisco.
El tratamiento quirúrgico de la lesión de meniscos consiste en realizar una artroscopía de rodilla, para retirar los fragmentos dañados del menisco.
La cirugía de meniscos consiste en la extirpación de los fragmentos dañados mediante una artroscopía de rodilla, también conocida como cirugía de rodilla o cirugía articular mínimamente invasiva de rodilla.
Durante una artroscopía de rodilla se realizan pequeñas incisiones alrededor de su rodilla, a través de las cuales se introduce una pequeña cámara, llamada artroscopio, que sirve para ver dentro de su rodilla. Por estas mismas incisiones también se introducen pequeños instrumentos quirúrgicos, que servirán para reparar o retirar los fragmentos de menisco dañados.
Según su tipo de lesión, su traumatólogo podría realizar diferentes tipos de procedimientos artroscópicos:
Una artroscopía de rodilla tiene una duración de 1 hora, esto dependiendo de si existen lesiones asociadas que también requieren de reparación, como son la ruptura/desgarro de ligamento cruzado anterior o posterior.
Los beneficios de la artroscopía incluyen menos dolor después de la cirugía, menos tiempo de internamiento en el hospital y tiempo de recuperación más rápido.
El costo de una cirugía de meniscos dependerá del tipo de lesión, de su nivel de actividad física y de si existen lesiones asociadas que también requieren de reparación.
Si existe la sospecha de padecer una lesión de meniscos, se sugiere consultar con su traumatólogo para evaluar cuál es la opción de tratamiento más adecuada para su caso.
Después de una lesión de meniscos usted podría requerir del uso de muletas durante cierto tiempo para evitar la carga de peso en su rodilla lesionada.
Una vez que su rodilla ha sanado, podría ser necesario que acuda con un médico rehabilitador para que le prescriba algunos ejercicios de rehabilitación. Estos ejercicios son de vital importancia para restaurar la fuerza y movilidad de su rodilla lesionada.
El tiempo de rehabilitación para una reparación del menisco es de unos 3 meses. Una meniscectomía requiere menos tiempo para la curación, aproximadamente 3 a 4 semanas.
Las lesiones de meniscos son lesiones extremadamente frecuentes. Con un diagnóstico, tratamiento y rehabilitación adecuados, los pacientes a menudo regresan a sus habilidades previas a la lesión de meniscos.
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