Fracturas de la cabeza del radio

Las fracturas de la cabeza radial son lesiones comunes, que ocurren en aproximadamente el 20% de todas las lesiones agudas del codo. Algunas veces, una luxacion del codo puede acompañarse de una fractura de la cabeza radial.

Las fracturas de la cabeza radial son más frecuentes en mujeres ocurren comúnmente entre los 30 y 40 años de edad.

 

Anatomía

 

El codo es una articulación formada por tres huesos:

 

  • El húmero (hueso del brazo)
  • El radio (hueso del antebrazo en el lado del pulgar)
  • El cúbito (hueso del antebrazo en el lado del meñique)

 

La articulación del codo se flexiona y extiende como una bisagra. También es importante para la capacidad de girar la palma de la mano hacia arriba y abajo.

El codo se mantiene unido por ligamentos, tendones y músculos. Además, tres nervios principales de la extremidad superior cruzan la articulación del codo: Nervio radial, Nervio mediano y Nervio cubital.

La cabeza radial es el extremo proximal del radio que se une con el extremo distal del húmero y el extremo proximal del cúbito, creando dos articulaciones que hace posible el giro de la palma de su mano boca arriba y boca abajo (pronosupinación).

 

Causas

 

La cabeza radial se suele fracturar cuando usted intenta detener una caída con su mano y el codo se encuentra en semiflexión o cuando usted cae con el codo totalmente extendido y la fuerza del traumatismo es transmitida a través de los huesos de su mano, muñeca y antebrazo hasta llegar al codo.

 

Cuadro clínico

 

Los signos y síntomas más comunes de la fractura de cabeza radial son:

 

  • Dolor en la parte externa del codo afectado
  • Deformidad en el codo afectado
  • Hinchazón en la articulación del codo afectado
  • Dificultad para flexionar o extender el codo afectado
  • Incapacidad o dificultad para la pronosupinación del antebrazo (de girar la palma hacia arriba y hacia abajo)
  • Presencia de moretones en el codo afectado

 

Examen físico

 

Después de preguntarle sus antecedentes personales, su ortopedista le preguntará cómo sufrió la lesión y si presenta dolor en alguna zona en especial o con algún movimiento en específico. Posteriormente, su ortopedista le pedirá que realicen ciertos movimientos para valorar la integridad de todas las articulaciones de su extremidad superior, además de que realizará algunas maniobras diagnósticas para realizar un mejor diagnóstico diferencial.

 

Estudios complementarios

 

  • Rayos X. Las radiografías muestran imágenes de tejidos densos, como el hueso. En las radiografías se pueden observar fracturas en la cabeza radial, así como fracturas en el húmero distal o en el cubito proximal, además de alguna luxación en el codo.
  • Tomografía computada. Este estudio proporciona imágenes más detalladas del tejido óseo. Puede ser de utilidad para clasificar mejor su lesión y planificar cuál sería el mejor tratamiento para usted.

 

Tratamiento

 

Todas las fracturas se clasifican según su grado de complejidad y gravedad. El tratamiento elegido depende del tipo de fractura que usted haya sufrido.

 

  • Las fracturas tipo I generalmente son pequeñas, como fisuras, y los fragmentos óseos permanecen en su lugar (no desplazados). El tratamiento conservador de estas fracturas implica el uso de una férula y un inmovilizado por unos días, seguido de un aumento precoz y gradual del movimiento de su codo y muñeca.
  • Las fracturas tipo II están ligeramente fuera de su lugar (desplazadas) e involucran una porción más grande de hueso. Cuando el desplazamiento es mínimo, usted podría necesitar un cabestrillo o férula por una o dos semanas, seguido de ejercicios de rango de movimiento. Los fragmentos óseos pequeños pueden ser extirpados quirúrgicamente si dificultan el movimiento normal del codo o pudieran causar problemas a largo plazo con el codo. Cuando un fragmento óseo es grande y está desplazado, su ortopedista reposicionará los fragmentos en su lugar con tornillos o con una placa y tornillos.
  • Las fracturas tipo III tienen múltiples fragmentos óseos que están desplazados de forma considerable, además de existir un daño significativo en la articulación del codo y los ligamentos que rodean el codo. En estos casos, la cirugía es necesaria para reparar o eliminar los fragmentos óseos y reparar el daño de los tejidos blandos. Cuando el daño es severo, puede ser necesario extirpar toda la cabeza radial, pudiendo colocar una prótesis de cabeza radial para mejorar la función de su codo a largo plazo.

 

Incluso las fracturas más leves pueden provocar cierta pérdida de movimiento en su codo. Independientemente del tipo de fractura o del tratamiento utilizado, se necesitarán ejercicios de rehabilitación para restaurar el movimiento y la fuerza de su codo afectado.

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