Las lesiones deportivas pueden resultar de accidentes, entrenamiento inadecuado, uso indebido de los dispositivos de protección, o por ejercicios de estiramiento, calentamiento o enfriamiento insuficientes. El dolor por lesiones deportivas comúnmente se debe a esguinces y torceduras, fracturas y luxaciones.
Casi todos experimentarán lumbalgia en algún momento de sus vidas. Este dolor puede variar de leve a severo y puede ser de corta o larga duración.
Comoquiera que ocurra, la lumbalgia puede dificultar muchas de las actividades diarias.
El desgarro del manguito rotador es un posible resultado de la inflamación del hombro.
El síndrome de la inflamación del hombro (síndrome de impedimento) se debe a:
Una torcedura ocurre cuando se estiran o se desgarran uno o más ligamentos del exterior del tobillo. Si no se trata adecuadamente, puede llegar a convertirse en un problema crónico.
Dígale al doctor que es lo que estaba haciendo cuando se produjo la torcedura. El médico lo examinará y tal vez le recomiende tomarse una radiografía para estar seguro de que no hay ninguna fractura de hueso. Según la cantidad de ligamentos lesionados, las torceduras se pueden clasificar en Grado I, II o III.
El ligamento colateral interno va desde la superficie superior interna de la parte superior de la tibia hasta la superficie inferior interna del fémur. Este ligamento ayuda a mantener estable la porción interna de la articulación de la rodilla.
Generalmente este ligamento se lesiona al sufrir un traumatismo sobre la región externa de la rodilla, haciendo que la región interna de la articulación sufra un movimiento anormal de extensión y rotación. Un bloqueo a la parte externa de la rodilla durante un juego de fútbol es una forma común para que este ligamento se lesione.
Los síntomas que se presentan al momento de esta lesión son que la rodilla se inflama inmediatamente haciendo que esta se bloque. Además, al momento de palpar la cara interna de la rodilla se produce dolor.
Durante la evaluación, su doctor le preguntara acerca de la lesión y como ocurrió esta. Después de discutir su sintomatología, el médico procederá a examinar su rodilla. Usualmente se encuentra inflamación en el área de la lesión. Al ejercer presión sobre esta, ocasionara dolor. Se obtendrá una prueba positiva, si al ejercer presión sobre la cara externa de la rodilla, la cara interna sufre una laxitud, acompañada de limitación en el rango de movilidad de la rodilla. Aunque en la mayoría de las ocasiones el diagnóstico es clínico, su médico le puede solicitar una radiografía de la rodilla para descartar fracturas e incluso una resonancia magnética nuclear, en caso de que la sintomatología lo amerite y sea necesario determinar el grado de la lesión.
El tratamiento inicial incluye reposo relativo, hielo, compresión con una venda elástica para evitar pérdida de sangre o que el moretón se vuelva más grande, elevación y si se tolera estiramientos musculares. Este tratamiento debe continuar por 24 – 72 horas. Si ya no existe dolor, se puede comenzar con movimientos sutiles de la rodilla.
Posteriormente a esta etapa de recuperación, se pueden incluir ejercicios de rehabilitación, los cuales su médico le indicara dependiendo el caso. La cirugía con frecuencia no se necesita cuando se ha roto solamente el ligamento colateral interno. La mayoría de las lesiones pueden sanar sin necesitad de inmovilizar.
De acuerdo con los estudios de investigación actualmente reportados, el PRP es más eficaz en el tratamiento de lesiones del tendón crónicas. También puede utilizarse para mejorar la curación después de una cirugía para algunas lesiones.
Los factores que pueden influir en la eficacia del tratamiento PRP son:
Gran parte de la publicidad de la terapia con PRP ha sido sobre el tratamiento de lesiones deportivas agudas, tales como lesiones de ligamentos y musculares.
Muchos atletas famosos, Tiger Woods, el tenista Rafael Nadal y varios otros han recibido el PRP por diversos problemas, como traumatismos en rodillas y lesiones tendinosas crónicas. Este tipo de condiciones por lo general se tratan con medicamentos, terapia física o incluso cirugía. Algunos atletas han acreditado al PRP su regreso más rápido a la competencia.
El uso de PRP para otras lesiones en el tendón crónicas, tales como tendinitis de Aquiles crónica o inflamación del tendón rotuliano de la rodilla (rodilla de saltador) es prometedor. Sin embargo, es difícil decir en este momento que el PRP es más eficaz que el tratamiento tradicional de estos problemas.
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