Artritis del pie y del tobillo

La artritis es la inflamación de una o más de sus articulaciones. Puede causar dolor y rigidez en cualquier articulación del cuerpo, y es común en las pequeñas articulaciones del pie y tobillo.

Hay más de 100 formas de artritis, muchas de las cuales afectan el pie y el tobillo. Todos los tipos pueden hacer que sea difícil caminar y realizar actividades que disfrute.

Aunque no hay cura para la artritis, hay muchas opciones de tratamiento disponibles para retardar el progreso de la enfermedad y aliviar los síntomas. Con un tratamiento adecuado, muchas personas con artritis son capaces de controlar su dolor, permanecer activo y llevar vidas satisfactorias.

 

Anatomía

 

La articulación del tobillo está formada por:

 

  • El astrágalo, un hueso que funciona como bisagra y que forma la parte inferior de la articulación del tobillo.
  • La tibia en su porción distal, es el hueso más grande de la pierna.
  • El peroné en su porción distal, es el hueso más pequeño de la pierna.

 

El astrágalo es el principal puente entre el pie y la pierna. Dentro de sus funciones, ayuda a transferir el peso corporal a través de la articulación del tobillo. El astrágalo, junto con otros huesos forman un grupo llamado huesos del tarso.

En el pie se encuentran otros huesos conocidos como metatarsianos y falanges, los cuales forman cada uno de los dedos del pie.

Está cubierto en gran parte por el cartílago articular, una sustancia que cubre todas las superficies de las articulaciones y permite que el astrágalo se mueva con mínima fricción con los demás huesos.

Las bandas de tejido conectivo, llamadas ligamentos, unen estos huesos y mantienen las articulaciones en su lugar. Los músculos y tendones también dan estabilidad a las articulaciones y proporcionan la fuerza necesaria para caminar o mover los dedos de los pies.

 

Descripción

 

La artritis es la inflamación de cualquier articulación. Existen muchos tipos de artritis; los principales tipos de artritis que afectan el pie y el tobillo son:

 

  • La osteoartritis es la forma más común de artritis y afecta a las personas de edad avanzada. También es conocida como artritis degenerativa y se produce cuando el cartílago articular se desgasta.
  • La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune crónica que puede afectar la membrana sinovial produciendo su inflamación, causando dolor y rigidez en la articulación afectada.
  • La artritis postraumática ocurre cuando se producen lesiones o fracturas que dañan la superficie articular. Incluso con tratamiento adecuado, es más probable que una articulación con una lesión previa desarrolle artritis.

 

Cuadro clínico

 

Los signos y síntomas más comunes de la artritis del pie y tobillo son:

 

  • Dolor en el pie y/o tobillo al apoyar, caminar, saltar.
  • El dolor puede presentarse por la mañana y suele acompañarse de rigidez.
  • En la enfermedad avanzada, el dolor puede despertar al paciente durante la noche.
  • El dolor puede empeorar con la actividad y aliviarse con el descanso.
  • Deformidad articular, como en la artritis reumatoide.
  • Inflamación de la articulación afectada.
  • Aumento de la temperatura de la articulación afectada.
  • Crepitación o “tronido” de las articulaciones.
  • Limitación de la movilidad e incapacidad funcional.

 

Después de preguntarle sus antecedentes personales, su ortopedista le preguntará desde cuando iniciaron sus síntomas, si se alivian o agravan con el movimiento, si ha teñido fiebre o si tiene alguna otra manifestación. Además le preguntara si en su familia existe alguna enfermedad como la artritis reumatoide.

Además, su ortopedista podría realizar algunos test diagnósticos para descartar algunos diagnósticos diferenciales.

 

Estudios complementarios

 

  • Rayos X. Las radiografías proporcionan imágenes de estructuras densas como el hueso. Una radiografía de un pie artrítico puede mostrar un estrechamiento del espacio articular, cambios en el hueso (como fracturas) o la formación de espolones óseos
  • En algunos casos, pueden ser necesarias una gammagrafía ósea, una tomografía computarizada o una resonancia magnética para determinar el estado del hueso y de los tejidos blandos.
  • Pruebas de laboratorio. En algunos tipos de artritis, como la artritis reumatoide, los análisis de sangre son importantes para el diagnóstico.

 

Tratamiento conservador

 

Es el tratamiento inicial de la artritis del pie y el tobillo. Consiste en las siguientes medidas:

 

  • Modificaciones del estilo de vida. Algunos cambios en su vida diaria pueden ayudar a reducir el dolor. Estos cambios incluyen:
    • Disminuir actividades que ocasionen dolor o que lo empeoren
    • Disminuir de peso
    • Evitar actividades de alto impacto, como correr o practicar tenis, pues empeoran el daño a la articulación afectada.
  • Terapia física. Algunos ejercicios pueden ayudar a mejorar la amplitud de movimiento y la flexibilidad, así como a disminuir el dolor en el pie y el tobillo.
  • Dispositivos de ayuda. El uso de bastón u otro aparato ortopédico puede ayudar a mejorar los sintomas de la artritis.
  • Medicamentos. Los fármacos como el ibuprofeno y el naproxeno, pueden ayudar a reducir la inflamación y así aliviar el dolor. La cortisona también es un antiinflamatorio de tipo esteroideo muy eficaz que puede ser inyectado en la articulación afectada.

 

Tratamiento quirúrgico

 

Su ortopedista puede recomendar la cirugía cuando su dolor produce mucha incapacidad y los síntomas no se alivian con el tratamiento conservador.

 

Dentro de las diversas opciones quirúrgicas se encuentran:

 

  • Desbridamiento por artroscopía. Consiste en la realización de pequeñas incisiones y la introducción de una cámara especial e instrumentos en miniatura dentro de la articulación afectada para la eliminación de tejido muerto o que se encuentra libre dentro de la articulación.
  • Artrodesis. La artrodesis consiste en la fusión de los huesos de una articulación. Esta fusión reduce el dolor al eliminar el movimiento en la articulación afectada.
  • Prótesis total del tobillo. También se conoce como reemplazo total del tobillo o artroplastia de tobillo. Consiste en la eliminación del cartílago y el hueso dañados, para sustituirlos por una prótesis de metal o plástico y así restaurar la función de la articulación.
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